OcioGune 2016. XI. Edición del Foro de investigación, pensamiento y reflexión en torno al fenómeno del ocio.

OcioGune 2016. XI. Edición del Foro de investigación, pensamiento y reflexión en torno al fenómeno del ocio.

Los riesgos del ocio: desafíos y respuestas contemporáneas Los pasados días 9 y 10 de junio tuvo lugar la úndecima edición de OcioGune 2016. Este evento congregó a más de una centena de profesionales, investigadores e investigadoras especializados en el estudio del ocio (cultura, turismo, deporte, recreación) procedentes de más de quince países de Europa y América Latina. Las reflexiones y aportaciones se centraron en tres ejes temáticos vinculados a cada uno de los Foros de Ideas en los que se estructura OcioGune: I Foro. Los entornos amenazados del ocio (ponentes: Michael Janoska, Marc Javierre-Kohan y Andrés Ried); II Foro. El ocio en la frontera (ponentes: Maialen Garmendia, Juanjo San Sebastian y Silvia Muriel); y III Foro. Las complicidades del ocio (ponentes: Vivien Garcia y Colectivo Ippolita; Patricia Soley y Víctor Lenore).

OcioGune 2016 concluyó con una intervención de excepción de la mano de uno de los sociólogos más representativos de los Estudios de Ocio, Chris Rojek. Su conferencia de clausura, Leisure and the romance of charity: global events as a type of social incorporation, desplegó una mirada crítica sobre los mega-eventos de ocio y su relación con acciones solidarias de alcance internacional que cuestiona la idea más popular y ampliamente extendida de que tales eventos son manifestaciones espontáneas y democráticas del empoderamiento ciudadano; fórmulas de acción que permiten a la ciudadanía dar respuesta a problemáticas sociales que no pueden ser resueltas por ningún gobierno o Estado.

En breve, estos contenidos así como otros relacionados con el tema Los riesgos del ocio, serán editados en un nuevo libro de la Colección de Documentos de Estudios de Ocio.

Foro I  

El Foro I, dedicado a Los entornos amenazados del ocio, permitió a las y los expertos asistentes transitar por diferentes caminos (turismo residencial, turismo urbano masivo y espacios naturales) en los que se evidenció el papel central del ocio y del turismo en procesos de transformación radical del paisaje urbano y el tejido social de las ciudades. La constatación de los efectos perversos de algunas manifestaciones turísticas coloca al ocio contemporáneo en una postura ciertamente comprometida, como aliado de una lógica capitalista, incapaz de encontrar el equilibrio entre los intereses económicos y los de la ciudadanía. Las operaciones financieras que acontecen a la sombra de proyectos turísticos de primer orden, la gentrificación, los desplazamientos como elementos aparentemente inherentes al actual paradigma de desarrollo urbano y la desposesión que conlleva son algunas de las notas predominantes en los procesos de exclusión simbólica que propician las manifestaciones turísticas analizadas por parte de Michael Janoska y Marc Javierre-Kohan. En esta misma línea, Andrés Ried subrayó que el incremento de la demanda de ocio en espacios naturales no ha ido parejo a un ejercicio creciente de toma de conciencia sobre su valor y la necesidad de respetar y preservar el patrimonio natural para las generaciones futuras. Parece imponerse un uso instrumental del entorno natural como contenedor de actividades de ocio, más que como objeto de disfrute. La misma “espectacularización” que han experimentado algunas ciudades al son de flujos turísticos imposibles de absorber parece haber alcanzado también el medio natural hasta el punto de trastocar el sentido de la propia experiencia de ocio en la que el valor del “durante” se percibe fundamental en cuanto testimonio de autenticidad y reclamo social de identidad.

Foro II 

El Foro II, dedicado a El ocio en la frontera, exploró los límites del ocio como factor positivo de desarrollo personal y social para adentrarse en aquellas circunstancias “frontera” en las que el disfrute del ocio puede trastocarse en amenaza para el bienestar de la persona o el contexto social. La creciente penetración social de las prácticas de ocio digital en general, y más específicamente, en el colectivo infantil y juvenil es una realidad compartida por la mayoría de los países del mundo. La radiografía sobre el tema en Europa, presentada por Maialen Garmendia, reveló que el inicio en el acceso a dispositivos digitales es cada vez más temprano. La edad media situada en periodos anteriores a los 13 años, se adelanta ahora a los 9. El 90% de los contenidos de las actividades realizadas tienen un fuerte componente lúdico, siendo el género una variable clave en la elección de contenidos digitales (el juego prevalece entre los chicos, mientras que la opción de comunicarse es central entre las chicas). Aunque los estudios existentes sobre el ocio digital durante la infancia y juventud no arrojan datos alarmantes, resulta obvio que este no está exento de riesgos. Entre ellos se destacó el problema de las ciberadicciones, derivado del uso excesivo de estos dispositivos; la exposición y vulnerabilidad del espacio privado en el entorno digital sin un conocimiento previo y suficiente por parte de las y los niños y jóvenes acerca de la propiedad y los derechos de uso y explotación de los contenidos personales que conforman el espacio privado vertido a la red; y, finalmente, la trascendencia social y el liderazgo de personajes anónimos que ejercen sin filtro alguno el rol de referentes o agentes sociales significativos para estos colectivos. Manifestaciones tan dispares como la relación que la persona entabla con la montaña, el alpinismo o el fútbol (el caso de las y los hinchas del Athletic de Bilbao) fueron el terreno idóneo para explorar, a partir de las reflexiones de Juanjo San Sebastián y Silvia Muriel, el mundo de las pasiones individuales o colectivas. Pasiones que cuando se despliegan como experiencias armónicas, alejadas de lo obsesivo, conllevan profundos ejercicios de búsqueda, inspiración, formación e información, medida de las capacidades ante los desafíos marcados…; pero sobre todo, las pasiones nos invitan a emprender largos y lentos caminos de esfuerzo e incertidumbre que conducen a estados emocionales tan intensos como efímeros. Y sin embargo, tan importantes, como para dar sentido a muchas vidas.

Foro III 

El Foro III, bajo el título, Las complicidades del ocio, profundizó en la hipótesis de que el ocio puede ejercer una influencia decisiva en la imposición normativa de roles de género y formas diversas de dominación económica y cultural. Más allá de los contenidos concretos de cada práctica, actualmente el ocio se encuentra inserto en un sistema de consumo que premia la atomización social y la gratificación inmediata. La intervención de Patricia Soley sobre la construcción de identidad e interiorización normativa que tiene lugar a través de la moda y la publicidad fue buena prueba de ello. La lógica de la estética y el culto al cuerpo se impone en un ejercicio que juega, desdibuja y rentabiliza al máximo el género para elevar el consumo y la imagen al estatus de religión y filosofía de vida de la que parece depender nuestra felicidad. Las TIC, la propia Red y sus dos firmas más representativas, Google y Facebook fueron objeto de la incisiva mirada de Vivien García y el colectivo Ippolita. El primero, Google, como abanderado del capitalismo de la abundancia y el crecimiento ilimitado que, de forma cada vez más precisa, se ocupa de nosotros y de nuestros anhelos; y el segundo, Facebook, la plataforma social más empleada en el mundo, como el máximo exponente de la ideología de la transparencia radical que trastoca nuestro yo al amparo de nuestra identidad pública digital. Ambos fenómenos consolidan un nuevo modelo económico que se ampara en un recurso inagotable: la capacidad y el deseo íntimamente humano de comunicarse. Un deseo que convierte a todos los y las usuarios de las redes sociales en trabajadores invisibles que alimentan con sus contenidos las empresas tecnológicas contemporáneas económicamente más fructíferas. Aún más. Para Vivien García y el colectivo Ippolita, lo que las plataformas digitales explotan no es el trabajo gratuito de sus usuarios; sino el tiempo invertido en dichas redes, exponiéndonos a un déficit de libertad que, de facto, ya tiene lugar al renunciar voluntariamente al uso de dicho tiempo para la construcción de mundos y experiencias sociales compartidas al margen del mercado y la lógica del consumo. Con un sentido crítico igualmente marcado, Víctor Lenore analizó el trasfondo de algunas subculturas contemporáneas (indies, hípster o gafapasta). En su opinión, estas subculturas, lejos del concepto clásico de subcultura, no constituyen una alternativa a los valores dominantes sino una reafirmación acelerada de los valores elitistas, clasistas y consumistas que el propio sistema alimenta. El auge del hipsterismo no es un debate estético sino un debate social y político con amplías implicaciones en el bienestar y calidad de vida de la ciudadanía, principalmente, para los colectivos más vulnerables. La gentrificación, la despolitización de los discursos que subyacen a estas subculturas o el uso perverso de la creatividad, palabra fetiche para la modernidad hípster, son algunas de estas consecuencias. Lenore apostó en su intervención por recuperar conceptos aparentemente obsoletos como el anti-imperialismo, anti-militarismo o la lucha de clases para analizar desde estos enfoques la realidad a la que nos enfrentamos.

Conferencia de clausura 

La conferencia de clausura de OcioGune 2016 estuvo a cargo de uno de los sociólogos más representativos de los Estudios de Ocio, Chris Rojek. Su exposición, Leisure and the romance of charity: global events as a type of social incorporation, desplegó una mirada crítica sobre los mega-eventos de ocio y su relación con acciones solidarias de alcance internacional. Para Rojek, el auge de los eventos y el interés inusitado en la formación de profesionales de la gestión de eventos tiene que ver con la transformación que el ocio ha experimentado durante las últimas décadas como fenómeno social, económico y político. El ocio contemporáneo emerge en el imaginario social como un ámbito estrechamente ligado a los aspectos positivos de la vida, las buenas intenciones, la búsqueda de respuestas a expectativas incumplidas y sobre todo, como estrategia eficaz para mitigar los graves déficits económicos y sociales que los gobiernos de todo el mundo no pueden solventar. Sin embargo, la constatación del mal funcionamiento y la corrupción demasiadas veces asociada a los grandes eventos de ocio convierte a estos mega-eventos en fórmulas ciertamente reprobables para el logro del bien común. Los recurrentes escándalos relacionados con mega-eventos internacionales de carácter periódico así como la constatación de que tales eventos resultan especialmente atractivos para la inversión de capital nos obliga a dudar de la visión más popular que contempla los mega-eventos solidarios únicamente como respuestas espontáneas de la ciudadanía ante problemas o catástrofes de diversa índole en las que el ocio se percibe como una potencial fuente de mejora. Además, la audiencia de los grandes eventos suele manifestar una notoria desconexión motivacional con las causas que respaldan tales eventos, siendo el disfrute y la diversión el principal motor de su participación. Las reflexiones del profesor Rojek nos invitan a repensar los mega-eventos desde claves ciertamente distintas a las ya integradas en el imaginario social. ¿Dónde reside el auténtico atractivo de los grandes eventos de ocio? ¿Cuál es el discurso que avala su relevancia actual en términos de logros y mejoras sociales? ¿En qué se traducen sus promesas y expectativas de resolución de problemas? ¿Qué sucede después de estos eventos con las astronómicas cifras de beneficios que generan? ¿Qué factores explican la colonización del ocio y turismo por parte de estos mega-eventos? Sin duda, la búsqueda de respuestas a estas cuestiones resulta ineludible para entender y hacer frente a las causas de la injusticia y desigualdad global.

By |2016-07-28T21:11:49+00:00July 28th, 2016|Eventos|0 Comments