El estudio de los itinerarios de ocio forma parte de los temas de investigación emergentes en el ámbito de los Estudios de Ocio. Su relevancia radica en su contribución a la comprensión de los procesos relacionados con el nacimiento, desarrollo y ocaso de nuestros repertorios de ocio en general, pero también, sobre todo, con las manifestaciones de ocio que nos resultan especialmente valiosas. El concepto de itinerario de ocio hace referencia a la trayectoria de ocio que cada persona ha desarrollado a lo largo de su vida; acoge, por tanto, el conjunto de experiencias de ocio que la persona ha disfrutado en su historia vital.Conocer los itinerarios de ocio implica la reconstrucción de las historias personales de ocio con la intención de dilucidar la existencia de patrones de cambio y/o los factores implicados en las decisiones que las personas adoptamos sobre nuestro ocio en cada etapa de la vida. En el fondo, este concepto analiza desde una mirada longitudinal y compleja el devenir dinámico del ocio; esto es, el peso de la continuidad frente al cambio como dos tendencias inherentes al ser humano que se hallan a la base de nuestras conductas de ocio.
¿Existe alguna etapa especialmente propicia para el inicio de las prácticas de ocio? ¿Hay momentos en la vida más proclives que otros para el abandono? ¿Qué factores inciden en nuestras decisiones de inicio, continuidad o abandono? ¿Cuál es el papel de los agentes sociales significativos en estas decisiones? ¿Qué tipo de influencia ejercen? ¿Y cómo? ¿Qué rol tiene el género en la configuración de los itinerarios de ocio? ¿Y el deseo de innovación? ¿Hay fases en las que cobra especial importancia? ¿Qué función desempeña? Estas son algunas de las preguntas a las que permite dar respuesta el estudio de los itinerarios de ocio. Conviene remarcar que la idiosincrasia de las trayectorias de ocio y, por tanto, el foco de estudio, puede ser distinto, dependiendo de si se trata de itinerarios deportivos, culturales, turísticos o si se analizan las historias de ocio en general.
El interés práctico que ha despertado el estudio de los itinerarios de ocio radica especialmente en su valor predictivo. Disponer de información relevante acerca de la evolución general de los patrones de ocio en los distintos momentos de la vida hace posible prever la vivencia de momentos críticos, etapas de máxima potencialidad desde el punto de vista del desarrollo personal y social o periodos críticos en los que el ocio, requiere la puesta en marcha de medidas de intervención concretas, ya sean éstas educativas, psicológicas y comunitarias. El valor prospectivo del concepto de itinerario se convierte en el principal reclamo para investigadores y profesionales que perciben en este concepto una nueva vía para ajustarse al máximo a las preferencias y posibilidades cambiantes de la demanda, así como para optimizar los beneficios de sus programas de ocio. La adopción de este enfoque longitudinal del ocio y la implementación del concepto itinerario en el ámbito profesional conlleva, a su vez, diversas implicaciones. Entre ellas, destaca, por su importancia, la necesidad de conjugar la mirada sincrónica habitual con la que se plantea la mayoría de las ofertas y programas de ocio, con otra, de carácter longitudinal, plenamente consciente de que el ocio actual tiene obvias implicaciones en el ocio de etapas posteriores de la vida. Cualquier política de ocio, modelo de gestión o intervención en este ámbito no puede obviar este valor prospectivo ni el potencial de sus intervenciones como facilitadores o inhibidores de ocio.
Esta perspectiva temporal que conjuga lo sincrónico con lo diacrónico, en la que el ocio del presente se torna una base sólida para delinear el ocio del futuro, abona el terreno a la educación del ocio en la medida en que sabemos que el ocio valioso no es fruto del azar ni de la espontaneidad, sino de un proceso vital, en virtud del cual cada persona va abriéndose a nuevos horizontes de interés en los que cultivar sus potencialidades. , capaces de convertir el ocio en un factor de desarrollo personal y social.