Resenã de artículo: Por los surcos del ocio.

Resenã de artículo: Por los surcos del ocio.

Por los surcos del ocio

Laura L. Ortiz Negrón, Ph.D, Directora del Centro de Investigaciones Sociales, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras.

Uno de los grandes retos que los estudiosos del ocio tenemos en torno a su importancia vital, es que este sea acogido ideológica y discursivamente como una experiencia y aspiración básica de vida. El que el ocio sea una experiencia socializante esencial en cada niño y niña desde la crianza en el hogar, su formación en la escuela y su experiencia en el espacio público en todas sus etapas, es nuestra apuesta. Este reto se hace más imprescindible en aquellas culturas donde el ocio se ha desvalorado o resulta inimaginable frente a la llamada crisis generalizada y la centralidad del trabajo como panacea social y religiosa. En países de creciente desempleo, con una economía informal significativa o en estado de guerra, tal vez el ocio resultaría poco importante o relevante. La paradoja es que en la medida que las crisis socioeconómicas obligan a muchos sectores poblacionales a tener varios empleos formales y trabajos informales para subsistir, las mismas se convierten en un detente del ocio como experiencia socializante y aspiración de vida. Frente a estas crisis y la desvaloración del ocio, debemos gestar un pensamiento vital e innovador que integre el ocio como elemento de vida desde la niñez hasta la adultez. Se han realizado múltiples esfuerzos locales e internacionales para encaminar la educación y las políticas de ocio en distintos países. Como muy bien afirma Tabares (2006) “El ocio y la recreación como derechos ciudadanos con múltiples beneficios que potencian el bienestar humano, deben ser promovidos no sólo desde la provisión de bienes y servicios, sino también desde la potenciación de los niveles de autonomía y participación de las personas y comunidades”. En este sentido, hay varios esfuerzos internacionales que de manera indirecta han comenzado a dar cuenta de la inclusión del ocio como asunto vital para todo país. Al considerar la inclusión del ocio con la esfera del trabajo en distintos asuntos, podríamos pensar que toda política laboral debería ser una política de ocio y así evitar el binarismo y jerarquía oposicional que entrampa la valoración del ocio en sus justa perspectiva. Aún cuando el trabajo y el ocio son dos esferas diferentes, su aspiración común es hacia el desarrollo humano y una mejor calidad de vida. La discusión en torno a la necesidad de una nueva economía o contrato social que se gesta en distintos círculos académicos tiene que incluir este punto de inflexión; la inadecuacidad de la jerarquía oposicional entre trabajo y ocio, así como aquella entre crecimiento económico y calidad de vida. Por otra parte, tal vez tengamos que tomar en cuenta nuevas formas de proponer y diseñar políticas públicas innovadoras. Más allá de los políticos, podríamos intensificar los acercamientos de orientación e interpelación con claves refrescantes sobre el ocio en las redes sociales, escuelas, profesionales, comunidades, ciudadanos, organizaciones sin fines de lucro y empresas, entre otros agentes sociales. Las demandas por mejores condiciones de vida ante las condiciones generales de exclusión y expulsión de grandes sectores poblaciones de una vida digna guían nuestros imaginarios de actuación para el ocio. Es una apuesta ineludible a corto, mediano y largo plazo. 

By |2016-10-17T13:49:35+00:00October 17th, 2016|Resenãs|0 Comments